Se escucha un rumor, un susurro… estás
hablando sosegadamente, El Papa sentado en su trono, hombre anciano, de aspecto
bondadoso y sabio, enseñando a dos discípulos, que le escuchan atentamente; les
está transmitiendo aquello que deben aprender, les está dando acceso al saber y
el conocimiento, les está orientando para iniciar el trabajo sobre sí mismos, es
consejo y es la comunicación con los planos superiores, con los maestros de
arriba, pues el Papa o Sumo Sacerdote es un maestro, de la tierra o de planos
superiores.
El Papa nos anima a mostrarnos a los demás tal como somos, nos anima a romper la armadura que tantas veces construimos para no mostrar nuestras emociones y sentimientos, pensando que así nos protegemos. Pero esta armadura se transforma, en prisión: nadie puede entrar, ni nosotros podemos salir. Y al intentar protegernos lo único que conseguimos es hacernos daño a nosotros mismos.
Te arrodillas delante de El Papa, tal vez tú
seas uno de los dos que escuchan… te reta, debes mostrarte tal y como eres, sin
representar un papel para los demás Si te muestras como eres todo se pondrá en su sitio y encontrarás lo que estás
buscando. Sé tú mismo/a…
Medita con El Papa… y
recuerda sus consejos y vuelve a tu camino,
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